viernes, 9 de marzo de 2012

la marta



La Marta:

(Martes americana)

La MARTA AMERICANA (Martes americana) es uno de los 7 representantes del género Martes , y se encuentra en todos los continentes del hemisferio norte. Los restantes representantes de dicho género son: la MARTA (Martes martes), la GARDUÑA (Martes foina), la MARTA DE PENNANT (Martes pennanti), MARTA DE GARGANTA AMARILLA (Martes flavigula), MARTA DEL JAPON (Martes melampus), MARTA CIBELINA (Martes zibellina).
Del tamaño de un pequeño gato doméstico, la marta americana presenta un cuerpo más largo y un hocico más fino que éste, lo que acentúa la esbeltez de su silueta. Su denso pelaje se compone de una borra larga y de pelos de protección muy finos. El color más frecuente de pelaje es elcastaño dorado, más oscuro en las patas y cola. Puede variar, sin embargo, desde un color casi negro al amarillo, según las regiones, los individuos y las estaciones.
El pelaje permite distinguir el sexo de las crías en cuanto nacen, pues los machos se reconocen por una especie de pequeña arista de pelos que va desde los genitales al ano, ausente en las hembras. Por otra parte, todas las martas presentan, en la garganta y el pecho, una mancha anaranjada comúnmente llamada "babero". Este diseño, de una sola pieza y a veces moteado, es peculiar en cada individuo y permite a los biólogos localizar y distinguir a cada animal desde lejos.
La marta se desplaza con rapidez, flexibilidad y agilidad: es digitígrada, es decir que anda apoyándose sobre los dedos; su cola tupida le sirve de balancín cuando salta de rama en rama. También muestra mucha destreza en el uso de las patas: puede sorber un huevo manteniéndolo delicadamente entre las patas anteriores, tras haberle practicado dos orificios con los dientes.
Caza al acecho, utilizando más que nada la vista y el oído para localizar a los ratones de campo y ratas de agua. Recurre en primer lugar al olfato para localizar madrigueras y seguir huellas o pistas, lo cual le permite elegir la mejor estrategia para capturar a las presas (acecho, saqueo de un nido).
El olfato también desempeña un papel muy importante en las actividades de marcaje y señalización del territorio mediante defecación, emisión de orina y secreción de glándulas. Los depositos olorosos son de hecho una sutil mezcla de olores característicos de la especie y del individuo, e indican a los demás los límites que no deben sobrepasarse. Por ello, tras fuertes lluvias o nevadas, se realiza un marcado más intenso de las fronteras del territorio. Este rito es propio tanto de los machos como de las hembras.
Machos y hembras viven por separado. Sus efímeros encuentros sólo duran el tiempo del apareamiento, pero bastan para asegurar la prosperidad de la especie, cuyos representantes raras veces viven, en la naturaleza, más de 15 años.
En su amplio territorio, la marta dispone de varios refugios. Los elige preferentemente en los árboles, a poca altura. Algunos están previstos para protegerse de la intemperie durante las fases de reposo, que si las condiciones climáticas son malas pueden durar varios días. El cubil de parto también se elige en función de la protección que ofrezca contra posibles predadores. Situado en una zona de abundantes recursos alimentarios, será acondicionado y ocupado durante varias semanas.
No obstante, los refugios son mayoritariamente precarios y sin acondicionamiento: son lugares de reposo que tan sólo se ocupan algunas veces y por pocas horas. Presentan pocas características comunes y están a menudo situados en el hueco de un tronco, un cúmulo de hiedra, un nido abandonado. En invierno, en las zonas de nieves, la marta se recoge en el suelo: en pedreras, debajo de los árboles bajos o incluso de la nieve.
El medio preferido de la marta es el bosque de coníferas adultas; allí es donde se la puede observar más frecuentemente. sin embargo, la superficie de tierras forestales sin explotar disminuye continuamente y la marta debe adaptarse a otros entornos, aunque siempre de características boscosas.
El impacto de las diversas actividades humanas y las campañas de caza con trampa convierten al hombre en el mayor peligro para la marta, que en realidad tiene pocos enemigos naturales. Su habilidad para trepar a los árboles le permite escapar a menudo de los predadores que la acechan en el suelo. Entre estos últimos se encuentran: el zorro, el coyote, el lince, el puma, el águila real, el búho de Virginia, etc. La incidencia de sus ataques sobre las poblaciones de marta resulta, sin embargo muy baja y las presas capturadas son mayoritariamente animales viejos, enfermos, heridos, aunque también algunas crías.
La marta es menos audaz que la garduña. Esta última entra en las ciudades, donde su presencia puede resultar catastrófica. Al evitar al hombre, la marta americana tan sólo raras veces se deja ver cerca de una cabaña de tramperos o en los jardines públicos.

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